¿Delgado o lleno?

¿Eres uno de esos fanáticos de la “leche desnatada”, que se niega a tomar crema completa por miedo a ese viejo dicho: “un momento en los labios, toda una vida en las caderas”? Mucha gente, especialmente las mujeres, saben que unos cuantos cafés con leche entera al día pueden ver que las calorías realmente se suman.
Pero, y siempre hay un “pero”, estudio tras estudio en los últimos años ha demostrado que la leche desnatada puede no ser la opción más saludable después de todo. ¿Sorprendido? Aquí está el porqué:
1. Absorbes muchos menos nutrientes sin la grasa. Los nutrientes de la leche (incluyendo las vitaminas D, E y A) son solubles en grasa, lo que significa que tu cuerpo los absorbe mejor cuando se suministran a través de la grasa. Además, la vitamina K que se encuentra naturalmente en la grasa de la mantequilla se queda completamente atrás
2. La leche desnatada y baja en grasa contiene leche en polvo, que está hecha con colesterol oxidado, un cancerígeno. El colesterol oxidado puede contribuir a la acumulación de placa en las arterias. ¡Eso no es bueno! Por otro lado, el colesterol no tratado en la leche entera es un “antioxidante”, lo que significa que combate las células cancerígenas
3. Los productores de leche han empezado a añadir sabor azucarado a la leche desnatada y baja en grasa para animar a los niños a beber más de ella. Esto significa “calorías vacías” en la leche que libera menos nutrientes en el cuerpo. Imagínese!
4. La leche desnatada puede dejarte insatisfecho, lo que puede llevar a la gente a llenarse de alimentos menos saludables “sin grasa”. Las grasas saturadas, como las que se encuentran en la leche entera, desencadenan la liberación de la hormona “colecistoquinina”, que da una sensación de saciedad
5. La leche desnatada se ha relacionado con la pérdida de peso “transitoria”, lo que significa que aunque se puede perder algo de peso al cortar la leche entera al principio, es probable que se recupere ese peso en seguida
6. Las grasas disminuyen la liberación de azúcar en el torrente sanguíneo, reduciendo la cantidad que se puede almacenar como grasa. Por eso es importante incluir algunas grasas “saludables” en la dieta diaria en general, no sólo de la leche, sino también del aceite de oliva y los frutos secos, etc.
Entonces, ¿la leche desnatada es sólo una adición a la epidemia de obesidad que se ve en tantas partes del mundo? Tal vez si cambiamos el enfoque de baja grasa y sin grasa a la elección de alimentos con más nutrientes, todos seríamos mucho más saludables.
El mensaje clave es que “sin grasa” no va de la mano con “más saludable”. ¿Recuerdas aquellos días cuando eras niño, cuando no tenías reparos en alcanzar la leche entera? ¿Por qué no intenta volver a visitarlos y se da el gusto de tomar un delicioso capuchino cremoso y lleno de grasa para variar?
AMAR LO QUE HACEMOS!