Café – ¿El fruto del diablo?
La verdadera historia del café es muy difícil de verificar, por lo que la mayor parte se basa en leyendas y mitos. A menudo se dice que los efectos del café los experimentó por primera vez un pastor que cuidaba de sus ovejas.
Su oveja comió un cierto tipo de baya de una planta y comenzó a ser muy activa. El pastor decidió probar la baya él mismo y experimentó la misma sensación.
Se ha dicho que un monje le dijo que tuviera cuidado porque esta baya era el fruto del diablo. Sin embargo, también hay un rumor de que los monjes también comieron la baya para ayudarles a mantenerse despiertos y rezar.
Otra leyenda muy difundida se basa en un hombre árabe que fue desterrado al desierto. Intentó hervir y comer una planta desconocida.
Tuvo la suerte de sobrevivir comiendo la misteriosa planta. Los residentes de un pueblo cercano al desierto sentían que la supervivencia del hombre era un mensaje de los dioses. La misteriosa planta se llamaba Moca, en honor al pueblo.
Pocas personas se dan cuenta de que la planta de café originalmente crecía sólo en Etiopía. Los guerreros etíopes la usaban como alimento mientras hacían incursiones.
El café emigró a Arabia y comenzaron a comercializarlo en el Medio Oriente.
Los primeros en beber café como lo conocemos hoy en día fueron los turcos. Fueron reconocidos como los primeros en añadir clavo y canela al café para crear un sabor dulce.
A través de los comerciantes venecianos, el café encontró su camino hacia Europa. Poco después, se construyeron casas de café por toda Europa.
Hoy en día, millones de personas disfrutan de su café durante todo el día. El café viene en muchas marcas y muchos sabores, así que ¿por qué no disfrutar de una taza?

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