El café fresco realmente puede hacer que tu mañana

Para muchos amantes de la L profunda no hay nada como una taza de café fresco cuando se despiertan por la mañana. Ya sabes lo que pasa cuando te despiertas. Te sientes un poco desorientado y tal vez no estés listo para empezar el día hasta que te preparas tu primera cafetera y el primer aroma hace que tus jugos fluyan. Para algunas personas sólo toma una pequeña taza, pero para otras tomará un gran espresso. Algunas personas tampoco pueden entender la idea de usar un paquete instantáneo, mientras que para otras simplemente quieren el sabor y la cafeína. No importa cuáles sean tus gustos, puedes encontrar una manera de tomar tu café fresco cada mañana.
Para el bebedor medio de café hay dos partes bastante importantes en el proceso de elaboración de la café. La primera es el café molido y la segunda es el agua filtrada. Si consigues las dos cosas correctas, serás recompensado con una taza de buen sabor, pero hay muchas variaciones tanto de fuerte como de suave. Puede ser necesario hacer algunos ajustes a estas dos partes para que se adapten a sus gustos.
Para empezar tienes el café y para la mayoría de la gente la calidad es muy importante. A mucha gente le gustan los granos de Arábica o posiblemente de Robusta si quieren ahorrar dinero. A veces se requiere un poco de experimentación con muchos sabores diferentes para obtener el sabor adecuado. Cuando encuentras los mejores granos tienes que decidir si quieres usar un molinillo tú mismo o si quieres comprar los granos. Para la gente que está realmente interesada en el mejor sabor la única manera de hacerlo es usando un molinillo. Es de conocimiento común que los granos mantienen el mayor sabor.
Si guardas tus propios granos de café en tu casa, entonces debes considerar dónde los vas a guardar. Cualquier exceso de calor causará que los aceites cruciales los dejen, lo que resultará en una cierta pérdida de sabor. Por eso se recomienda guardar la bolsa de granos en el congelador.
Cuando esté listo para comenzar el proceso de elaboración, debe comenzar con agua fría, permitiendo que la cafetera alcance la mejor temperatura. Muela sólo los granos suficientes para la cantidad que esté preparando y deje que la máquina haga el trabajo. Serás recompensado con una deliciosa taza de café fresco en poco tiempo. A medida que adquiera más experiencia en el uso de la cafetera, el sabor ideal se convertirá en algo natural. Muy pronto no tendrás que medir los posos o el agua ya que sabrás cuánto de cada uno te dará el sabor que te gusta.

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