Chocolates y Té-Tónico premium

Una pareja de lujo que combina las propiedades energéticas del chocolate con el sabor del té hecho en ginebra, perfecto para terminar el día o para hacer la noche más llevadera, también en casa.
Saborear un chocolate de jazmín cubierto de chocolate negro mientras se bebe té blanco es siempre un placer. Pero si lo tomas a media tarde, cuando la energía es débil y sólo piensas en acostarte, la experiencia es inmejorable.
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Tónica y chocolates, el aperitivo de primera calidad.
“Tanto los chocolates como el té tienen un ritual y un componente emocional que los convierte en un perfecto maridaje”, explican Rubén Da Silva y Judit Ballesteros, los maestros chocolateros que ganaron el Concurso Nacional de Gastronomía en 2013 y que ahora endulzan las tardes con sus delicados chocolates.
Dos preparaciones que son la principal apuesta de Suite & Té, la nueva experiencia gastronómica de los hoteles de la Colección NH, como el situado en el Paseo del Prado de Madrid. Allí, el equipo del taller Da Silva y los expertos en té del grupo NH impartieron un taller para hacer una Suite & casera; Té, una opción muy atractiva para renovar las meriendas navideñas.
Primero, los chocolates…
Da Silva y Ballesteros hicieron una demostración en vivo de cómo lograr una cobertura perfecta para los chocolates: delgados, brillantes y crujientes. La clave está en la elección de un buen chocolate, controlar las temperaturas y poner mucho, mucho amor.
Y es que en su taller de Valladolid trabajan de forma artesanal, elaborando a mano cada chocolate en una tarea que es mitad arte y mitad ciencia. En el caso de la cobertura, en lugar de utilizar máquinas modernas, extienden el chocolate calentado en un plato de mármol, y lo mueven para templarlo.
Un paso que dan por puro amor al oficio, porque como reconoció Da Silva, “no le da nada al chocolate que no se pueda lograr con máquinas”, pero logra mantener el carácter “romántico y artesanal” de esta obra.
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La colección de chocolates Da Silva inspirada en las variedades de té.
En este gesto, además, reside la base científica de los chocolates, cuyo chocolate debe alcanzar una temperatura correcta para que la manteca de cacao no se separe del resto: primero 45 grados, luego baja a 29, y finalmente vuelve a subir a 31 antes de llenar los moldes.
Para reproducir esa “curva de temperatura” en casa, Da Silva recomienda ir a los robots de cocina. Una vez que los moldes están llenos, se golpean en un tazón para eliminar el exceso de chocolate, y se dejan reposar boca abajo.
Para terminar, un té más divertido.
La segunda parte del té, el tónico, tiene dos componentes: una ginebra seca, y el té que se quiere infundir, dependiendo de si se busca una infusión frutal, ahumada o cítrica.
“Tanto los chocolates como el té tienen un ritual y un componente emocional que los convierte en un matrimonio perfecto”, explican Rubén Da Silva y Judit Ballesteros
Se vierten 80 mililitros de ginebra en un recipiente, donde se añade el té o la mezcla de variedades elegidas. Algunas de las más comunes son el Lemongrass, muy cítrico y fresco, frutas rojas e hibisco, para lograr ese sabor a fruta con un toque amargo, o el té negro con rosas, que recuerda más a un té tradicional.
Después de 20 minutos de descanso se puede filtrar el contenido y verterlo en una botella de vidrio, hasta que llegue el momento de disfrutar de un tónico “hazlo tú mismo”, que puede ser mezclado con tónica o con más ginebra si el sabor de la infusión es muy fuerte.
“Todo el chocolate contiene teobromina, la molécula de la felicidad, que genera endorfinas y nos activa”, explicó Da Silva. Una dosis de felicidad realzada con un vaso de tónico, que promete hacer de los aperitivos navideños la mejor sobremesa, ya sea en casa o en un hotel.

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