Cultura del Té Turco

El té es un producto importante en todo el mundo, pero en particular en Europa y Asia.
Hay una hora del té todos los días en Inglaterra y la ceremonia ritual del chado en Japón. En Turquía, el té no es sólo una bebida ritual sino un hecho de la vida. Los turcos tienen el mayor consumo de té per cápita del mundo, con unas 1.000 tazas por persona cada año. La bebida se consume tan ampliamente que no hay un momento del día especial o una costumbre elaborada para limitar las actividades de beber té. Observar los hábitos del té turco proporciona una interesante mirada a la importancia cultural de la bebida.
El té viajó a Turquía a través de la Ruta de la Seda en el siglo XVI. No se disfrutó ampliamente hasta finales de 1800 cuando un gobernador publicó un libro detallando sus beneficios para la salud. El café turco era la bebida favorita hasta que la gente empezó a tomar té. La bebida era también más económica que el café, alrededor de un cuarto del precio. Esto generó un auge del cultivo del té en las zonas costeras. La palabra turca para “té” es “çay”, que se pronuncia “chai”. Las hojas elaboradas se volvieron tan importantes para la economía en la década de 1930 que los pueblos comenzaron a incluir “çay” en sus nombres. Turquía es ahora el sexto mayor productor de té del planeta. La bebida es una parte indeleble de la cultura turca; esto se ilustra con las costumbres del té.
Los jardines de té son parques al aire libre donde los turcos se reúnen para beber y socializar con sus amigos. La mayoría de los turcos van a los jardines de té para relajarse y hacer negocios. Muchos jardines acogen a músicos en vivo. Tradicionalmente, los jardines de té eran lugares donde los hombres se reunían para hacer negocios o jugar a las cartas, pero hoy en día todo el mundo los visita.
La mayoría de los comerciantes ofrecen té para que los clientes lo disfruten mientras navegan. Siempre está disponible en las oficinas. La gente acostumbra a servir té a sus invitados como signo de hospitalidad. La etiqueta turca dicta que un anfitrión debe servir al menos tres tazas a los huéspedes, y los huéspedes deben beber al menos tres tazas durante una visita. Es descortés beber grandes bocados de té; debe ser sorbido para que la gente pueda relajarse y disfrutarlo.
Los turcos usan un çaydanlak, que es una pequeña tetera apilada sobre una más grande. El agua se hierve en la olla de abajo y luego se vierte en la olla de arriba con hojas de té sueltas para crear una mezcla concentrada. La gente llena sus vasos con la tetera más pequeña y luego usa el agua caliente del fondo para diluir el té. Los turcos no beben té de las tazas. Utilizan pequeñas tazas de vidrio curvadas y normalmente añaden uno o dos cubos de azúcar. Es importante remover el té y hacer mucho ruido al chocar la cuchara contra el vaso.
El té en Turquía es como un apretón de manos, ofrecido a extraños y buenos amigos por igual. Sus hábitos de consumo de té muestran que los turcos prefieren ir más despacio y pasar su tiempo libre socializando con los demás.

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